Mariposas o gusanos
Por Aixa de López
Me dieron tanta tristeza que no tengo fotos. Llegaron demasiadas en esa ocasión y la alegría de verlas crecer se volvió en angustia cuando se terminaron la comida. Traté de ir por unas cuantas ramas más a donde mi mamá (ingenua de mí) y por supuesto que no fueron suficientes.
De las pocas que lograron crecer y colgarse, un par lograron convertirse en crisálida y salir, pero ninguna logró volar. Un pequeño ejército de orugas muertas, aparentemente crecidas pero vacías. Como cascarones. Unas cuantas crisálidas eternas y el par de mariposas que nacieron sin poder volar… que entonces no se si llamar mariposas.
Alguna vez en el pasado, sin aún haber presenciado la maravilla que es la metamorfosis de las monarcas en mi jardincito trasero -como he podido en los últimos 4 años- escribí una cursilería como «todo lo que necesitamos para convertirnos en mariposas ya esta dentro de nosotros«… ¡ay por favor! ¡qué pena!… y ¡Qué mentira! La Biblia lo dice por todos lados y los jardines igual. Es verdad, la crisálida o el capullo no lo construyen afuera de ellas, más bien se quitan el traje de oruga como si fuera una pijama; pero lo que he llegado a entender es que es absolutamente imposible que se conviertan en mariposas sin alimentarse de lo que deben, porque están diseñadas para unirse a esa planta específica al punto de digerirla y así ser transformadas. No fueron hechas para otra cosa.
A menos que coman lo correcto y coman mucho, lo que ellas son por si solas, será simplemente insuficiente; sin el alimento no son más que gusanos muertos.
Y todo habla de Jesús y de su santa e invencible disposición de darse a nosotros con tal de saciar el hambre que programó dentro nuestro, que será insaciable hasta que sea Él quien llene nuestra boca, nuestra mente, nuestro corazón. Estamos cableados para la transformación pero jamás pasará sin que el que nos cableó nos regale hambre por lo que traerá vida: Sus palabras. Su Libro. No fuimos hechos para auto-ayudarnos, auto-mejorarnos o auto-estimarnos.
Sin planta de algodoncillo no hay mariposas monarca y sin Su Palabra, no hay Cristianos. No es suficiente probarla o recibirla esporádicamente, es necesario masticarla, tragarla, digerirla, hacerla nuestra continuamente. Cualquier otra cosa podrá hacernos crecer por fuera, ¡pero jamás lo veremos a Él! Jamás lo amaremos. El hambre que Él da al que hace nacer de nuevo no es de cumplir una tarea, sino de mirarlo a los ojos en cada página. Eso es lo que transforma… ¡Él es Quien transforma! Sin Biblia, tendremos gente llenando las bancas y llenando sus agendas, incluso llenando cheques, pero con almas vacías, sin rumbo y sin fuerza en sus alas.
Mariposas que no se si llamar mariposas, cristianos que no sé si llamar cristianos…
¿Cómo vamos a amar a un Dios que se revela en un libro que no abrimos? Sin comer Biblia, somos gusanos muertos.
“Hijo de hombre, presta atención a lo que te digo. No seas rebelde como ellos. Abre la boca y come lo que te doy».” -Ezequiel 2:8
Gracias por tan linda reflexion ya que esto nos ayuda a preservar en el camino
Que bellezura! que manera de llegar al alma, a Dios gracias por tus palabras llenas de luz, sensibilidad, sabiduria sobre todo ese amor puro de Papá Dios
Te leo y puedo leerlo a Él
Hola!!! Es la primera vez que entró a su blog, me gusto mucho, Dios la continúe bendiciendo, Saludos de Quetzaltenango
Excelente descripción de los verdaderos cristianos y en realidad Sin Santidad nadie vera a Dios y sin la palabra no tenemos dirección es nuestro waze… Necesitamos tener esa sed y convicción de quienes somos cual es nuestra identidad y cual sera nuestra meta….. Woooo yo anhelo y tengo curiosidad de saber cual es la morada que Jesús antes de irse nos prometió y reencontrarme con mis seres amados que ya partieron a su presencia….
Extrañamos tus mensajes Aixa… Dios te bendiga y te siga dando esas fuerzas de ser lo que eres, y se que como madre estas criando Mariposas …. abrazos y mi admiración…
Muy buena analogía, me llevo bastante tu reflexión, no solo por su agradable redacción, sino porque tuve la oportunidad de ver orugas en mi jardín y verlas alimentarse antes de hacer su capullo.