Fragilidad fuerte
“Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán.” -Salmo 34:1

David escribió el Salmo 34 en los días cuando fingió demencia ante Abimelec, estaba huyendo de Saúl y se refugiaba con otro montón de hombres desdichados en una cueva… sólo digamos que la mayoría de nosotros, no preferiríamos recurrir a la adoración en días así, sin embargo, David seguía cantando, practicando lo que aprendió a hacer desde que era un simple pastorcito. Él comienza escribiendo “Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán”. Esa línea de apertura -aparentemente simple- delata una visión clara: David está en la posición correcta como criatura y sirviente. Dios, oro su lado, es su Señor y Dueño, digno de ser adorado por quién es -la Roca Inconmovible- eternamente. En el sólo acto de reconocer nuestra situación delante de Dios ¡hay una ganancia tremenda! porque significa que en medio de circunstancias tan complicadas e indeseables, podemos descansar en la integridad y perfección de nuestro Padre.
David continúa declarando que su alma se gloría o jacta en Dios y por lo mismo, puede admitir sus temores, que seguramente son muchos en ese momento y me recuerda a otro gran hombre de Dios: Pablo, quien escribió en la carta a los Gálatas: “En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo…”. Si nos detenemos a examinar a las personas más fructíferas en el Reino, este es un común denominador: reconocer su debilidad y dejar ver la fuerza de Dios. Nosotros podremos sentirnos como sea y estar rodeados de lo que sea, pero siempre podremos gloriarnos en Quién Dios es y quizás esta sea la manera más poderosa de abrir paso para testificar al mundo que nos ve. La manera completamente sincera en que David se acerca al trono del Dios vivo frente a ese montón de hombres conflictuados, es lo que le permite en seguida invitarlos a que “prueben y vean que Dios es bueno” y que refugiarse en Él es una dicha. Solemos pensar que los afligidos que nos acompañan en nuestra propia cueva, necesitan nuestra habilidad, fuerza y un buen humor que ignore las circunstancias, para poder infundirles ánimo y confianza… pero la verdad, en la Escritura no se nos prohíbe sentir lo que tengamos que sentir, sino más bien, se nos invita a procesarlo delante del Señor y los Salmos son prueba de esto.
“El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.” -Salmo 34:18
Vemos a -nada menos que- David, un hombre que a este punto ya tenía un liderazgo impresionante, nunca perder la sensibilidad de venir transparentemente para “afinar” su corazón ante Dios y en ese mismo ejercicio, incluir una invitación para los que están viendo su aflicción y su confianza en su Dios. Quizás nuestro mayor aporte en días de oscuridad, sea nuestro clamor sincero y nuestra vulnerabilidad confesada mientras adoramos al Poderoso de Israel. Si el Señor está cerca de los quebrantados de corazón, de los que ya no quieren cantar, mostrar nuestro quebranto no es mala idea… si salva a los de espíritu abatido, confesarlo es un buen paso.
“Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias.” -Salmo 34:17
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Hermosa reflexión querida pastora Aixa para un día como hoy, en que las personas mayores seguimos en encierro. He de alabar al Señor en todo tiempo! Dios la bendiga.
Emma!! Sé que está siendo un tiempo de prueba y que es muy difícil. Le mando muchos abrazos y confío que el Señor nos está moldeando de una manera profunda en medio de todo.
Hermana, gracias por compartir sus experiencias. A mi también me a tocado llorar en secreto porque nos han enseñado que En El Señor no somos débiles si no fuertes. Pero muchas veces si somos débiles y allí se perfecciona su amor…Dios la bendiga
Amén 🙏🏻 filtremos todo a través de la VERDAD de la Biblia! Jesús lloró…
Es la primera vez que ingreso a este blog, gracias a Dios
¡Bienvenida!