Viaje al Corazon de Dios

¡Hola todos! A continuación les comparto algo que comenzó como un correo electrónico privado para mi familia y amigos más íntimos, y que ha producido por gracia y favor de Dios, todo tipo de reacciones… de las buenas!

Para darles un poco de contexto: La Limonada fue por mucho tiempo el «asentamiento» (barrio en Venezuela, Favela en Brazil) más grande de Centro América, ya ha sido superado por otro a unos 40 minutos de distancia en las afueras de la Ciudad de Guatemala. Allí viven 60,000 personas…

Ya fue publicado en inglés en http://www.lemonadeinternational.org/ así que se los extiendo…

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Miren a dónde fuí!… Estuve La Limonada! visitando un proyecto que se llama Vidas Plenas (Lemonade International…) Es liderado por una mujer maravillosa que se llama Tita, que es una mezcla entre la Madre Teresa y una estrella de Rock…

Les voy a ir contando como si les estuviera enseñando las fotos aquí en mi casa, ¿va? (Primero la foto y luego la historia de la foto;)

 

 

Aquí estamos a punto de adentrarnos a la mera Limonada. No estaría tan sonriente si supiera que voy sola. Me llevé a Cristy y Mónica, que son nuestras manos derechas en el ministerio, a Helmut (en la foto) que dirige todos los esfuerzos que se hacen afuera de la Fráter, y a Josué, que visita hospitales y otros, con el ministerio de Caritas Alegres, además nos acompañó una Pastora estadounidense que sintió en su corazón venir hasta aquí… y claro, iba Tita y su asistente, Dámaris, que llegan y es como si llegara un rayo de sol a media tormenta… TODOS las aman. TODOS.

Tita (de negro) no nos iba sólo a llevar sin darnos un poco de contexto… nos dijo exactamente por dónde queda qué. Le pregunté «Alguna vez te has perdido?» y me dice… «Alguna vezte has perdido en tu casa?»…

Aunque pareciera que un asentamiento no promete mucho en cuestión de paisaje, encontré belleza por todos lados… Como iba con Tita, iba tranquila tomando fotos… Cada vuelta y callecita es un tesoro.

Hay calles más alegres que otras… aquí hay sencillez pero hay color 🙂

El ingenio para construir es impresionante… imagínense cargar material de construcción hasta el fondo de esa calle!

De mis partes favoritas. Juana (del pañuelo) y su mejor amiga. Nos dicen que no recuerdan desde hace cuánto son mejores amigas. No dejaron de bromear y contar historias… Juana aún trabaja… cargando bultos. *Suspiro*… Quiero llegar así de contenta a grande. Eso es belleza y lo demás son charadas…

La casa de Luis. «Casa»… porque es un terrenito rodeado de lámina y este portón (me fascina ver la guirnalda) Adentro hay chunches y un nylon azul, que estira para que quede en forma de cuchilla cada noche y lo cubra. Si te pasa adelante, él se sienta en una piedra y uno en otra. No estaba, estaba trabajando, «pescando tesoros» a una cuadra, en el «río» (el desagüe). Cuenta Tita que una vez que pasó a visitarlo, le preguntó qué quería pedirle a Dios al orar y le dijo… «¿Qué le voy a pedir?… tengo trabajo, casa, y la gente me ama… tengo todo lo que necesito!»… Para quedarse mudo verdad?… Mi amigo Helmut se animó a preguntar lo que todos estábamos pensando… «¿está loco?»…creo que los que estamos locos somos todos los que nos quejamos de estupideces porque pensamos que nos merecemos todo…

Y esta, es una escena recurrente durante todo el recorrido. Durante las 5 horas que caminamos, vez tras vez, niños, viejitos, mujeres y patojos (incluídos mareros tatuados y fumando marijuana) la saludaban con abrazo, beso y reportes de sus vidas. Tita sabe cada historia, cada avance y ve a Dios haciendo de las suyas en cada uno… bello.

Vi dolor, pero vi mucha más calidez. La gente aquí goza cosas sencillas. La abuelita nos regañó porque dijo que no le dimos tiempo de arreglarse para la foto y que estaba «clinuda» (mal peinada) jajaj preciosa verdad?

Esta foto la tomé sin agacharme… esa puerta quedaba así de alto. El terreno se impone y uno se trepa a su casa si es necesario.

Y aquí viene mi otra historia favorita… Don Otto y su taller. En resumen: El hombre que creció en extrema pobreza y con corazón resentido con la vida, es alcanzado por la misericordia de Dios en un día en que iba a asaltar su quinimil bus, y ve el terror y la resignación en los ojos de una niña chiquita que le extiende los Q20 que llevaba su mamá… no lo soporta y entrega su vida a Jesús. Aprende el oficio de zapatero. Viviendo en medio de este barrio tan duro, su hijo adolescente queda paralítico en un lío de maras, pero don Otto decide perdonarlos. Ahora tiene su pequeño taller, con ayuda de Vidas Plenas, y allí hace zapatos que su hijo jamás podrá gastar, pero más que nada, reconstruye vidas, porque recibe a mareros activos y ex mareros, para enseñarles que el amor arrasa con el odio y que se puede caminar recto… con zapatos hechos en la Limonada…

Este retrato, detrás de las gradas que conducen al taller, lo hizo Cristian, el hijo de Don Otto. Puede ser que no camine, pero vuela con su mente y sus manos, es artista impresionante. Además, tiene su propia tienda. Nos tomamos una Big Cola allí. Yo no tomo gaseosas pero esa estaba bendecida, lo pude saborear 😉 Por cierto… ese retrato lo hizo cuando tenía 10 años…

Don Otto con sus dos nenes pequeños. Nos contó de la vez el año pasado, que salió con Cristian a la terapia y que al regresar vieron la puerta forzada, y la tv en el suelo… y que el corazón se le fué al estómago porque los ahorros de 1 año entero (Q3000) estaban arriba… y se los llevaron. Me dijo que no pudo evitar ponerse a llorar, pero que Cristian le dijo «Papa, si le hemos dado gracias a Dios los días que tuviste todo, ahora toca darle gracias porque nos quedamos sin nada»… y entonces… «me fui a mi cuarto a pedirle perdón a Dios por dudar de él»… a los 8 días exactos, estaba recibiendo un pedido de alguien de Inglaterra que quería comprarle 200 pares de zapatos para una escuela en Chimaltenango. 3 veces más de lo que habían perdido… Belleza.

En Guate han oído eso de «colgar los tenis»? pues pregunté si era cierto lo que yo había oído, de que cuando una mara inicia a alguien, debe dejar la evidencia del daño, en un alambrado público… y si, eso es. Cada par le pertenece a una víctima.

Detrás de esta puerta, una de mis héroes. A Liliana no le tomé foto, porque ni se me ocurrió sacar el teléfono… ella es demasiado increíble como para perderse un minuto en eso… Nos recibió con la sonrisa más cálida que he visto en mucho tiempo. La gente de la Limonada no tiene pena ni se excusa del estado de sus casas, ni de cómo sale a recibirlo a uno. Al parecer, la alegría de recibir visitas es todo el requisito necesario.

Liliana recibió agradecida (¡pero agradecida como mis hijos en Navidad pues!) un paquete de pañales de adulto y unas toallitas húmedas. Nos dijo con lágrimas de alegría, que ¡vivía agradecida porque veía la bondad de Dios a Diario! Su hija, su única, tiene síndrome de Down, autismo y sordera. Ella la cuida sola. Se sostiene vendiendo vajillas de casa en casa. Su hermana que la ayudaba murió de cáncer y a su papá anciano lo mataron el año pasado porque su tiendita quedaba en «la frontera» entre territorios de maras.

Si, ella, nos dijo que quería compartir algo de lo que había estado leyendo… y sacó un librito medio rascuache y empezó a leernos con dificultad promesas de la Biblia… y pausaba para decir «yo estoy allí»… «eso es para mí»… me quebró. NOS quebró…

Al despedirnos, después de orar, la abracé y le dije con voz de chillona que había sido un honor visitar su casa y ella me agarró el brazo y me dijo » mamita Dios también tiene un galardón para usted, ánimo» …woooooow…. Ella vive la vida en abundancia porque vive completamente CONTENTA. No pronunció queja. Más bien le echó flores a Dios… la amé. Y oro por ella a diario.

Y visitamos la Academia que está allí. Hay dos (Academia Limón y Academia Mandarina). Reciben a niños de la comunidad en horario matutito y vespertino, les dan arte y terapia psicológica y comen dos tiempos de comida. Todo es gratuito y se sostiene de donaciones. …Ese columpio es para niños, y gente grande que necesita relajarse. Como yo. jajaja-

Aquí, después de una mañana intensa y donde pudimos visitar adentro del corazón de Dios, lo pudimos ver y sentir. En verdad, Dios está cerca de los quebrantados de corazón. Regresé convencida de que orar por la violencia del país vale, pero de la mano tenemos que amar HACIENDO algo, por el foco de donde sale tanto dolor que genera esa violencia. Y una vez más, es sólo lógico que derramando amor en la generación que viene detrás de los papás que hoy son delincuentes, vamos a interrumpir el ciclo que satanás ha reforzado con tanto éxito. La respuesta es el amor. Ahora mi corazón tiene hilitos de amor que llegan hasta el fondo de un asentamiento que me dolía ver y me convenía ignorar. Tengo rostros y nombres por los cuales llorar y sonreír. Se volvió personal… Es mi tipo de mañana…

Les dejo los links para que vean que belleza de proyecto…

http://www.vidasplenas.org/

http://www.lemonadeinternational.org/

 

 

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