Eso dicen los regalos
por Aixa de López
Los hijos no saben que la alegría que los papás experimentamos al dar, es exponencialmente mayor a la de ellos al recibir, y nosotros somos sombras ridículamente débiles de Aquel que da sin medida, que dio irracionalmente y que al hacerlo, mando una celebración musical desde el cielo… ¡A sabiendas del costo! Del desprecio. De la ignorancia. De la traición. Del dolor. Dio porque es su esencia. Dio EL regalo y no fue porque fuéramos buenos hijos. Todo lo contrario… ese regalo nos capacitaría para serlo. Nos dio a Su Hijo *a pesar* de nosotros… Esa es la historia de Navidad. Esa es SU historia, la de dar a los malvados lo que jamás merecerían, para derretirles el corazón y transformarlos de enemigos en hijos muy amados.
Este Dios, el de la Biblia, no da al que se porta bien, sino basado en Su propia bondad, da por gracia al peor pecador Su mejor regalo: Él mismo. Y por eso daremos regalos mañana a nuestros hijos… simplemente porque son nuestros y hemos decidido amarlos, no basado en su desempeño, sino cómo Jesús nos ha amado a nosotros; quiero volver a contarles lo que Dios me dio cuando estaba perdida ¡es un día perfecto para anunciarles a nuestros hijos el evangelio! Decirles que nos llegó el alivio de dejar de tratar de ganar por esfuerzo humano porque nos llegó el Amor divino. Eso dicen los regalos. Eso es Navidad.
“Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios,” -Efesios 2:8
Un regalo inmerecido, siempre será el mejor regalo.
De un punto de vista, parece injusto como premiar lo mal que nos portamos.
Pero el hecho es que no es por lo que hacemos, sino por lo que somos.
Nos dieron la dadiva más grande, el regalo mayor. Un Salvador.
Disfrutemos de la alegría del dar, de demostrar amor a través de un presente.
Amen!