Corazón a papel

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el Dios de lo bello

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mi mamá, tomando té imaginario preparado por su nieta.

Por: Aixa de López

 

Mi mamá cumple 70 hoy. Y veo su retrato de cuando tenía 16 y armo en mi mente un rompecabezas de cómo era. Y la prefiero hoy.

El mundo nos entrena para añorar nuestra versión fuerte y audaz, tersa y veloz. Y lo confirman las estadísticas. La industria de la cirugía estética es muli-billonaria y algunos estudios indican que el 92% de mujeres embarazadas cuyos bebés son diagnosticados con Síndrome de Down, deciden abortar.

La lógica del este mundo es: Si no es útil, no vale la pena. Si no podemos sacarle provecho, no es deseable. Si no produce nada, desechémoslo. Si es inconveniente y demanda salir de la comodidad, huyamos. No es extraño, que creciendo en medio de este tipo de transacción, nos dé terror envejecer o debilitarnos. En serio llegamos a creer que tenemos fecha de vencimiento, como si fuéramos latas de atún.

Y extrañamente, con eso, comprendo porqué tanta gente no disfruta el arte. Porque el arte no “sirve”. No se entiende. El arte no tiene utilidad realmente. Uno no se sienta a debatir, a explicar o a diseccionar una pieza de Monet o Botero. Muchos tratan, pero el arte no es eso. Uno lo admira, lo contempla.

Dios hace arte cada milisegundo de la eternidad. Ama hacer belleza aunque a nadie parezca importarle. Usa 54 tonos de naranja en 25 segundos en el cielo, porque sí. Él es Dios de belleza, no precisamente de utilidad. Pudo haber escogido alimentarnos con comida de astronauta y que toda supiera igual, pero el sabor en cada hebra del queso de Oaxaca y la diferencia entre la mandarina y la naranja, le pareció necesario.

Dios pudo haber diseñado un mundo utilitario, funcional y simplemente práctico, pero le place la belleza. Hasta donde el hombre se empeña en poner tortas de concreto, hace brotar entre las grietas lo que parece monte pero es una flor que se llama Diente de León… hay señuelos por todos los rincones, que hablan de un Dios que se deleita en darle vida a lo que muchos llamarían inútil.

La tercera edad, los bebés con “defectos”, el arte. Todo con hilo común… Belleza incomprendida y alto valor.

Hoy que mi mamá llega a sus 70, le digo lo que me digo y le he dicho a madres y abuelas de bebés con capacidades diferentes, lo que le digo a los que les llegó el turno de ser débiles: Son bienaventurados. Para su gran fortuna, el Dios de la Biblia no cabe en la cajita desdichada que este mundo ha querido esculpir para Él, y Él es un indomable Soberano que de principio a fin diseña gente diferente, permite debilidades y ¡se glorifica en ellas!

Nunca olvidemos que fue Él quien siendo el creador y dueño de todo, se metió en el vientre de una mujer arriesgándose a ser vulnerable a un extremo ridículo. No existe más debilidad que un recién nacido.

El mundo va a querer vendernos la fuente de la juventud y los lobos vestidos de ovejas, querrán vendernos la idea de que Dios también nos quiere tipo superhéroes para poder demostrar que Él es poderoso. No. Aún si Dios nos sana mil veces, llegará el día de la debilidad, porque es allí donde Él se hace más fuerte, es exactamente allí donde se despliega el poder de su brazo que nos sostiene y es donde comprobamos que lo único necesario es ÉL.

Jamás tengamos miedo de soltar nuestra ilusión de control y aceptar nuestra flaqueza, como sea que se presente, porque si decidimos marchar con Su palabra en nuestro corazón, nos espera un camino precioso. No fácil, pero provechoso, fructífero, lleno de Él. Es inevitable que quien atesora lo que Dios dice, bendiga y edifique a quien atraviesa su camino. En especial gente débil pero sostenida por Cristo.

Desde hace unos veinte años veo a una mujer en la iglesia, que ha llevado a su hija ya adulta y con dificultades severas, en silla de ruedas… y un día yo le dije “el cielo para usted, va a tener un sabor diferente”…y jamás olvidaré la respuesta de ella… “yo ya he experimentado un poco aquí lo que es el cielo, he conocido a mi Padre”…

A la fecha, nunca he conocido a alguien con raíces fuertes en Jesús, que no haya sido atravesado por un quebrantamiento que incluyó una vista fuerte frente al espejo de su debilidad. No es sorpresa o casualidad, que el gozo, el poder de asombro y la verdadera belleza, vengan amarrados a un encuentro cara a cara con lo que jamás hubiéramos escogido.

No tengamos miedo de debilitarnos, de ser vulnerables. Hay belleza incomprendida allí y nuestro valor no se va a ningún lado.

Sin miedo a caminar esta siguiente etapa mami… La vida es valiosa y bella porque le pertenece a Dios, no porque nos la presta. ¡Feliz cumpleaños! Te amo.

 

«pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.» 2 Corintios 12:9

 

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Una respuesta a “el Dios de lo bello”

  1. ana maria badillo de garcìa dice:

    Yo soy la cumpleañera y no me he sentido mas honrada, amada, y aceptada como ahora. Setenta años… como dice mi hija, no son cualquier cosa!! Me siento honrada de tenerlos y sobre todo, de estar al servicio del Señor!!! Arrugas y canas no hacen menos, al contrario!!

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