Cosas sin dueño

La gracia para hoy está presupuestada amado amigo. Sé que la llave jamás había pesado tanto. Abrir la puerta de la casa jamás había implicado tanta voluntad. Respira profundo y entra. La llave abrirá más que la puerta, abrirá los lagrimales y la represa de recuerdos. Todo parece igual pero nada lo es… Es como si parte del duelo es nuestra mente y corazón tratando de alcanzar corriendo a la realidad, que ya se subió a otro bus y este ejercicio valiente que decidiste hacer solo, servirá de empujón.
Deja la mochila y las llaves sobre la mesa y quítate los zapatos, que tus ojos húmedos viajen por todos los espacios que alcancen… ¿por dónde empezar? Las cosas de tu hijo amado están por toda la casa. Como debía ser. Una vida bien vivida deja pertenencias por todo el espacio que lo abriga. Ustedes fueron su hogar, su lugar seguro, al cual podía regresar, aún si era por una “temporada”. No eres un hombre que llamaría materialista y mucho menos acumulador… y aún así, sé que este es uno de los momentos más difíciles de tu vida entera. Recorrer la casa con este nivel de dolor para decidir sobre sus pertenencias, debe ser como pisar un campo minado. Los zapatos, un reloj, notas con su letra… cada cosita hará explotar algo dentro de ti y dejará heridas, pero confirmará cuánto se amaron. Cada una implica conexión a una historia, a una familia, a una identidad y quizás te tome por sorpresa cuánto lleva impregnado un objeto, por el que fue su dueño. Este oficio “pequeño” y material de hoy, está tan lleno de Dios como el momento en que lo devolviste a la tierra.
En este camino de quebranto que no escogiste, habrán momentos en los que Dios se mostrará a ti a través de todo Su Cuerpo, te rodeará físicamente de abrazos, mesas llenas de comida y palabras, y en otros, como hoy, se mostrará a ti única y espléndidamente con la presencia palpable de Su Espíritu Santo. Jesús abrió contigo la puerta, te esperaba sentado en la sala, sostuvo tu corazón cuando viste el plato a medio comer en la refri, sintió el olor de la gaveta abierta también. Hoy es tan espiritual como cada paso del proceso de extrañar y Emmanuel, Dios con nosotros está contigo. Guarda, tira, escoge y regala… cuando estés listo. La gracia de hoy y de los muchos mañanas, alcanza.
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